"No hay que regalar las palabras nobles a los canallas" Osvaldo Soriano

"No hay que regalar las palabras nobles a los canallas"  Osvaldo Soriano
VIERNES - 7 pm - www.fmurquiza.com - FM 91.7

CIELO Y TIERRA en la Blogosfera

Hemos creado este blog, a partir de nuestro programa de radio "Cielo y Tierra", para intercambiar reflexiones, experiencias y propuestas.

Nuestra esperanza es que este encuentro favorezca la construcción conjunta de una comunidad sostenida por la solidaridad, el respeto mutuo, la promoción de los derechos humanos y la mejora en el sistema político en favor de una democracia plena.
Intentamos por Cielo y Tierra:

* Despertar la solidaridad, la reflexión, la toma de conciencia y el respeto mutuo, como ejes de una convivencia social en armonía, equidad y justicia.
* Fortalecer el juicio crítico y la conciencia social
* Difundir el pensamiento mariteniano aplicado a diferentes perspectivas que componen la sociedad, (cultura, política, economía, salud, ciencia y tecnología, diálogo ecuménico e inter-religioso)

Hagamos del encuentro una oportunidad para conocernos, enriquecernos y hacer posible una sociedad mejor para todos.
Te esperamos todos los viernes a las 7 de la tarde en www.fmurquiza.com FM 91.7 para compartir una charla entre amigos, acompañada de muy buena música étnica y literatura en nuestro idioma.

Claudia Santalla y Giselle Zarlenga

martes, 17 de abril de 2007

"La gran deuda de la región es la justicia"

Lo afirma el escritor Carlos Monsiváis
Por Susana Reinoso
De la Redacción de LA NACION

El escritor mexicano Carlos Monsiváis, considerado el gran cronista de México y América latina, subraya sin dudar: “Una sociedad que no lee acaba siendo una sociedad que no sabe de qué habla”.

El ganador del Premio Juan Rulfo 2006 cree sinceramente en la integración iberoamericana, pero identifica la falta de justicia como la gran deuda de la región. Afirma, además, que la grandeza literaria de Borges y García Márquez reside en que ambos encarnan la majestuosidad de la lengua española y “toman en cuenta la inteligencia de sus lectores”.

Lúcido intelectual, Monsiváis, de 68 años, anda por la vida con cierto aire de distraído. Casi en voz baja, antes de inaugurar ayer las Jornadas de Profesionales en la 33a. Feria Internacional del Libro, que abrirá sus puertas en La Rural pasado mañana, el pensador confesó a La Nacion: “Estoy un poco nervioso”.

Lector obstinado y autor, entre otros trabajos, de Aires de familia (Anagrama), con el que obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo en el año 2000, hablará mañana en el Malba, a las 19, sobre la vida y la obra de los pintores Diego Rivera y Frida Kahlo.

–¿Existe la tan mentada cultura iberoamericana, cuyos modos de percepción según usted están en crisis?

-Sí, existe y tiene que ver con la integración desde adentro. Hay un proceso común vinculado con la uniformidad de las ciudades, de los gustos, con el hecho de que las variantes locales son sólo variantes de movimientos que están surgiendo. No veo diferencias entre la producción de rock de la Argentina, México, Perú o Colombia. Puede haber músicos mejores o peores, pero la poesía de las letras y su búsqueda sociológica están presentes en todos los países. Las especificidades regionales han disminuido. Quedan usos lingüísticos, pero eso no nos impide comprender los textos. Esa tendencia a la integración es cada vez más fuerte. La comunicación es una de las grandes formas de integración.

-¿Por qué los latinoamericanos han necesitado siempre salir del continente para encontrar la universalidad?

-Antes era porque si había un reconocimiento afuera eso impactaba adentro. No era posible desatender esa universalidad concentrada monopólicamente en unas cuantas ciudades y en sus elites culturales. Ahora, ese criterio de universalidad se trasladó al mercado y éste la dicta. Los cineastas mexicanos con éxito en el exterior no tienen industria dentro de México. Sólo el 30% de lo que se produce se ve en el cine. La gente ve las películas en DVD y en su casa. Y el 90% de las que se venden son copias piratas. El caso de la literatura tiene que ver con un sistema de distribución. La industria editorial sigue muy concentrada en manos españolas y eso vuelve invisible lo que se publica en nuestros países. En este sentido hace falta un gran esfuerzo político para crear un circuito de circulación en América latina. Por desgracia, todo está sujeto a la política.

-Para que esa circulación se acentúe, ¿no harán falta más obras canónicas como Cien años de soledad , por ejemplo?

-No, creo que lo que sigue funcionando con Cien años de soledad es que, desde el primer momento, somete al lector a la majestad del idioma, que se presenta con una fuerza conmovedora. Nada me impresionó más en el Congreso de la Lengua, en Cartagena, que ver un auditorio colmado en que todos habían leído Cien años de soledad . La experiencia de la unanimidad de la lectura es excepcional. García Márquez reconstruyó el afecto por el idioma en un momento en que éste parecía haber quedado atrás. El idioma en sí mismo es una épica. No lo que la novela cuenta, sino el modo en que lo cuenta. Ese milagro logró también Rubén Darío a fines del siglo XIX y principios del siglo XX.

-¿Cree que ocurre lo mismo con la obra de Borges?

-Absolutamente. Borges es el esplendor del idioma y la finura de la inteligencia. Toda la elocuencia de Borges está medida por la ironía y uno agradece profundamente que él tome en cuenta la inteligencia de sus lectores. Activa la pasión por la cultura como un acto de soberana inteligencia. Nadie lee del mismo modo un libro de Borges, uno siempre renueva su lectura. Hoy priva la desconfianza hacia los lectores. Eso implica un descenso de ambiciones. Esto no pasa con Borges o García Márquez porque escriben para un lector que son ellos mismos.

-Dice usted que hoy el cine es el alimento de la literatura, como lo fue la literatura del cine a comienzos del siglo pasado. ¿Hay modo de cambiar esto?

-Se trata de una sucesión de reemplazos. El papel que la poesía desempeñó a fines del siglo XIX también desapareció. El cine tiene cada vez más espectadores inteligentes que se nutren de las ofertas visuales, narrativas y literarias de las películas. El DVD proporciona la oportunidad de armar una cultura fílmica con cierta rapidez. Creo que las "dividitecas" van a ser cada vez más el complemento en el hogar, y en algunos casos el reemplazo de las bibliotecas personales. Funcionan porque en algún momento alguien tiene necesidad de volver a ver una secuencia de una película.

-Un asunto común en la cultura iberoamericana es la revisión del pasado. ¿Cómo se construirá la memoria histórica hacia el futuro?

-No es memoria histórica, sino política que usa la memoria histórica para movilizarse. Todas las comisiones de la verdad son el ejercicio de la memoria política, que requiere la validación de la memoria histórica. No es la historia la que necesita hacer justicia, por ejemplo, en el caso de los desaparecidos. La justicia en ese caso es la posibilidad de existencia de una sociedad racional, uno de cuyos instrumentos es la justicia, que es la gran deuda de la región. Sin justicia, todo es amnesia.

-¿Sigue creyendo que Manuel López Obrador era la mejor opción electoral en México?

-No fue la mejor. Fue la única. Por eso persisto en creer que, en la medida en que la justicia social es posible, ésta sólo se logrará con un acercamiento de la izquierda. El analfabetismo cultural y moral proviene de la derecha. Aun con las muchas críticas que cabe hacerle, la izquierda es la única alternativa posible. Es lo más cercano a la eficacia que puedo apoyar.

Material cargado por Lic. Santalla

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