"No hay que regalar las palabras nobles a los canallas" Osvaldo Soriano

"No hay que regalar las palabras nobles a los canallas"  Osvaldo Soriano
VIERNES - 7 pm - www.fmurquiza.com - FM 91.7

CIELO Y TIERRA en la Blogosfera

Hemos creado este blog, a partir de nuestro programa de radio "Cielo y Tierra", para intercambiar reflexiones, experiencias y propuestas.

Nuestra esperanza es que este encuentro favorezca la construcción conjunta de una comunidad sostenida por la solidaridad, el respeto mutuo, la promoción de los derechos humanos y la mejora en el sistema político en favor de una democracia plena.
Intentamos por Cielo y Tierra:

* Despertar la solidaridad, la reflexión, la toma de conciencia y el respeto mutuo, como ejes de una convivencia social en armonía, equidad y justicia.
* Fortalecer el juicio crítico y la conciencia social
* Difundir el pensamiento mariteniano aplicado a diferentes perspectivas que componen la sociedad, (cultura, política, economía, salud, ciencia y tecnología, diálogo ecuménico e inter-religioso)

Hagamos del encuentro una oportunidad para conocernos, enriquecernos y hacer posible una sociedad mejor para todos.
Te esperamos todos los viernes a las 7 de la tarde en www.fmurquiza.com FM 91.7 para compartir una charla entre amigos, acompañada de muy buena música étnica y literatura en nuestro idioma.

Claudia Santalla y Giselle Zarlenga

miércoles, 9 de mayo de 2007

“Que el derecho corra como agua y la justicia como río inagotable» (Amós 5,21-25)

Editorial PROGRAMA CIELO Y TIERRA Nº 23
8 de mayo de 2007
por Lic. Claudia Noemí Santalla

Si la Justicia es el derehco a ser iguales en dignidad, su correcta y oportuna administración, accesible a todos, debería ser el más alto ideal al que puede aspirar un gobernante democrátioc. El rol determinante de la justicia en la consecución de la paz social, la obliga a ser eficiente para que las personas estén convencidas de poseer un amparo adecuado a sus derechos. Por su parte, el derecho que opera al servicio de la plena realización de la persona, será ajeno a la explotación y enajenación, y a toda justificación de violación de la dignidad de un ser viviente.

Desde la visión de mercado, la igualdad de derechos entre las personas no tiene significado. Necesidades y derechos humanos se sustituyen por las demandas, si la persona no puede demandar está excluida del sistema, porque la necesidad y el derecho no tienen precio. Es por eso que la realidad nos enfrenta a un complejo problema de inequidad, pues los recursos y protección estatales suelen destinarse a quienes menos lo necesitan mientras las reglas voraces de mercado destrozan la vida y las esperanzas de los más vulnerables, (aniquilando sus derechos a vivir en salud, con vivienda digna, educación pública de calidad, desarrollo profesional y trabajo digno, etc.)

Creo finalmente que la principal causa de la miseria, es la ausencia de justicia. Según Shakespeare “el hereje no es el que arde en la hoguera, sino el que la enciende”.

¿Pero quién enciende la hoguera de la miseria y la violencia en nuestra sociedad?....El Poder político que protege la impunidad y fomenta la corrupción; la falta de funcionarios capacitados técnica y moralmente; los medios de comunicación que manipulan y anestesian nuestro juicio crítico; los que callan frente a las injusticias cotidianas; los que temen, los que luchan, los que sometidos a la presión social y económica se vuelven contra la sociedad en actos violentos y destructivos, (¿y eso, vuelve más o menos dignos a sus reclamos?).

Jacques Maritain alegaba que “a menos que tengamos por cualquier título jurisdicción sobre la persona que ha cometido falta, no estamos obligados a reflejar en nuestro comportamiento con él, la reprobación de su falta.”

Confucio decía: Cuando veas un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas a uno malo, examínate a ti mismo. Y Jesús desafió, el que esté libre de todo pecado que arroje la primera piedra.

En esta naturaleza imperfecta de la justicia humana y sus administradores, mueren los ideales de justicia trascendente y perfecta, de muchos filósofos. Bertolt Brecht y Albert Camus, buscaron una justicia excelsa a pesar de las pequeñas claudicaciones humanas por comodidad o autodefensa.

Camus define a la injusticia histórica, como producto de la desidia y del abuso desmedido de poder y bienestar individual. En Actuelles I escribía “La Historia es injusta porque exige al hombre grandes sacrificios para lograr luego sólo resultados ridículos”.

Bretch asegura que la solución contra la injusticia debería hallarse en el poder del amor y con esto vuelvo a Jacques Maritain quien considera al hombre constituido por dos dimensiones diferentes y complementarias. La del individuo en razón de la materia y la de la persona en razón de lo espiritual. Maritain insta a los cristianos a un humanismo integral y heroico, arrojándonos al protagonismo político en diversos grupos para preparar transformaciones sociales cada vez más profundas, dirigidas al bien común real, no utópico, porque la dignidad de la persona humana implica a una persona que formando parte del Estado, lo trasciende por el misterio inviolable de su libertad espiritual y por su vocación a bienes absolutos.”

Lic. Claudia Santalla

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