"No hay que regalar las palabras nobles a los canallas" Osvaldo Soriano

"No hay que regalar las palabras nobles a los canallas"  Osvaldo Soriano
VIERNES - 7 pm - www.fmurquiza.com - FM 91.7

CIELO Y TIERRA en la Blogosfera

Hemos creado este blog, a partir de nuestro programa de radio "Cielo y Tierra", para intercambiar reflexiones, experiencias y propuestas.

Nuestra esperanza es que este encuentro favorezca la construcción conjunta de una comunidad sostenida por la solidaridad, el respeto mutuo, la promoción de los derechos humanos y la mejora en el sistema político en favor de una democracia plena.
Intentamos por Cielo y Tierra:

* Despertar la solidaridad, la reflexión, la toma de conciencia y el respeto mutuo, como ejes de una convivencia social en armonía, equidad y justicia.
* Fortalecer el juicio crítico y la conciencia social
* Difundir el pensamiento mariteniano aplicado a diferentes perspectivas que componen la sociedad, (cultura, política, economía, salud, ciencia y tecnología, diálogo ecuménico e inter-religioso)

Hagamos del encuentro una oportunidad para conocernos, enriquecernos y hacer posible una sociedad mejor para todos.
Te esperamos todos los viernes a las 7 de la tarde en www.fmurquiza.com FM 91.7 para compartir una charla entre amigos, acompañada de muy buena música étnica y literatura en nuestro idioma.

Claudia Santalla y Giselle Zarlenga

viernes, 16 de marzo de 2007

Hamilton Naki - De jardinero a médico sin pasar por las aulas de la universidad

Hamilton Naki, cirujano autodidacta que trabajaba en el equipo de Barnard, en la Universidad del Cabo, Sudáfrica, falleció a los 89 años, luego de ser uno de los cirujanos que realizó el primer trasplante de corazón.
En diciembre de 1967, el doctor Christian Barnard anunció al mundo una asombrosa noticia: el primer trasplante de corazón entre humanos realizado con éxito. Había sido realizado en el hospital Groote Schuur, de Ciudad del Cabo.

En la Suráfrica del racismo de Estado, nadie supo entonces que buena parte de la operación la había realizado un hombre de raza negra, Hamilton Naki. "Si hubieran publicado mi fotografía habrían ido a la cárcel. Así eran las cosas en aquel entonces", recordaba Naki en el diario "El País" el 26 de abril de 2003. Naki falleció el pasado 29 de mayo a la edad de 78 años.

De raza negra y de una familia pobre, Naki abandonó la escuela sin oficio y halló su primer trabajo a los catorce años, cortando césped y prestando servicio en las canchas de tenis de la Universidad de Ciudad del Cabo.
Pronto se dedicó a limpiar las jaulas de los animales con los que el equipo del prestigioso cirujano Barnard experimentaba en el campo de los trasplantes.

Poco a poco, las habilidades de Naki llevaron a los médicos a pedirle que manejara a los animales durante las operaciones; luego, que se hiciera cargo de la anestesia, y finalmente, que los operara con sus propias manos. A partir de la mera observación, según explicaba él mismo, Naki se convirtió en un experto cirujano de manos precisas y firmes, aunque sólo conocido para los que compartían quirófano con él, pues para la ley era el jardinero.

Naki era conocido espeicalmente por enseñar a los estudiantes de medicina a realizar los muy complicados transplantes de hígado en cerdos, que parecen ser más complicados que los de corazón en los humanos.

Los médicos relataban impactados la gran habilidad de Naki para suturar diminutos vasos sanguíneos con delicadeza y precisión inigualables por lo que solía completar en silencio las operaciones que comenzaban los estudiantes de medicina.

Naki solía recordar con cariño cómo los estudiantes de medicina le pedían consejo. “Es por eso que me llamaban el padre cirujano”, dijo en una ocasión.

La noche del 3 de diciembre de 1967 fueron las manos de Naki las que extrajeron el corazón de una mujer, atropellada por un coche, para que fuera trasplantado a un hombre blanco, la primera persona que recibió un corazón ajeno. No fue hasta 2001, poco antes de morir y una década después del fin del apartheid, cuando Barnard le confesó la historia a un realizador interesado en hacer un documental sobre el tema. "Técnicamente, él es mejor que yo", le dijo.

Naki siguió trabajando hasta 1991. Tras conocerse la historia le llegaron los reconocimientos, además de un graduado honorífico en Medicina por la Universidad de Ciudad del Cabo. Naki se jubiló con una pensión de 226 euros al mes. La que le correspondía como jardinero.
Fuente: Diario El País y www.ahoraeducacion.com.ar
Fotos del margen izquierdo:
Hamilton Naki y Bernard con Naki - copyrigth Http://www.news.bbc.co.uk
Material cargado por Claudia Santala



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es impresionante, cuánto nos mintieron y nos mienten mundialmente

Anónimo dijo...

Es impresionante, cuánto nos mintieron y nos mienten mundialmente