"No hay que regalar las palabras nobles a los canallas" Osvaldo Soriano

"No hay que regalar las palabras nobles a los canallas"  Osvaldo Soriano
VIERNES - 7 pm - www.fmurquiza.com - FM 91.7

CIELO Y TIERRA en la Blogosfera

Hemos creado este blog, a partir de nuestro programa de radio "Cielo y Tierra", para intercambiar reflexiones, experiencias y propuestas.

Nuestra esperanza es que este encuentro favorezca la construcción conjunta de una comunidad sostenida por la solidaridad, el respeto mutuo, la promoción de los derechos humanos y la mejora en el sistema político en favor de una democracia plena.
Intentamos por Cielo y Tierra:

* Despertar la solidaridad, la reflexión, la toma de conciencia y el respeto mutuo, como ejes de una convivencia social en armonía, equidad y justicia.
* Fortalecer el juicio crítico y la conciencia social
* Difundir el pensamiento mariteniano aplicado a diferentes perspectivas que componen la sociedad, (cultura, política, economía, salud, ciencia y tecnología, diálogo ecuménico e inter-religioso)

Hagamos del encuentro una oportunidad para conocernos, enriquecernos y hacer posible una sociedad mejor para todos.
Te esperamos todos los viernes a las 7 de la tarde en www.fmurquiza.com FM 91.7 para compartir una charla entre amigos, acompañada de muy buena música étnica y literatura en nuestro idioma.

Claudia Santalla y Giselle Zarlenga

miércoles, 16 de enero de 2008

LA LIBERTAD

Por Aksel Marcos
Miercoles, 26 Diciembre 2007 - Buenafuente


Todo hombre vive eligiendo y al elegir, se construye a si mismo.
El año ha llegado a su fin, a diferencia de otros finales de período, éste, tiene la particularidad de que, en nuestro país, estrenamos autoridades constitucionales, tanto en el orden nacional como en otras jurisdicciones provinciales, municipales y parlamentarias.
Con cada fin de año, la mayoría de las personas, renuevan sus esperanzas sobre un futuro venturoso, al igual que hace con cada renovación de aquellas autoridades que habrán de tomar determinaciones que, de alguna manera, incidirán en sus vidas.
La sumatoria de ambos eventos, conectados entre sí por su proximidad temporal, resulta en una potenciación de logros o deseos en curso de concreción o aún no logrados.
Desde tiempos inmemoriales, la raza humana ha transitado por diferentes formas de organización social, desde aquellas en que el sometimiento, la discriminación y hasta la esclavitud eran norma de vida.
Abundan los ejemplos de pueblos sometidos y esclavos o las comunidades discriminadas, sólo por ejemplificar brevemente, recordemos a los cristianos arrojados al foso de los leones, las persecuciones de inquisición, las bodegas de buques cargadas con negros encadenados, sometidos y separados de sus familias y orígenes y llevados para ser vendidos como esclavos, judíos masacrados en cámaras de gas, pensadores condenados por el régimen soviético (GULAG), las barreras políticas que impiden los desplazamientos humanos (Cuba), las horrendas y recientes matanzas en campos de concentración de diversos países de nuestra América Latina y particularmente en tierra Argentina.
Afortunadamente, la mayoría de estas formas de sometimiento, discriminación o esclavitud, han desaparecido, con lo que podríamos pensar que hemos avanzado en el terreno de la libertad, especialmente en lo referido a la libertad de género, donde la mujer que, hasta no hace demasiado tiempo, no tenía derecho a votar y hoy, tal como acontece en nuestro país y en otros, una mujer preside los destinos de la Nación.
No obstante ello, la libertad es un concepto complejo y por tanto difícil de lograse en forma absoluta, a pesar de que, en muchos terrenos, podemos afirmar que somos libres, hay otros en que ostensiblemente no lo somos y en algunos aspectos en que creemos tenerla, no es más que una falsa percepción, ya que en realidad vivimos bajo una muy bien disimulada opresión, situación creada por las nuevas maneras en que se produce.
La violencia de los grilletes, cadenas y garrotes, viene siendo reemplazada, desafortunadamente no eliminada aún, por otras formas tales como las impuestas por estados teocráticos extremistas o terroristas, o seculares que exportan e imponen, a otras sociedades, un grado asfixiante de sometimiento económico, al igual que la deformación política expresada, a veces, por mandatarios corruptos, mesiánicos o directamente incumplidores de los compromisos de campaña asumidos; el transfuguismo partidario es actualmente moneda corriente, al igual que proponerse para cargos que no habrán de ser asumidos luego, en abierta defraudación de los votantes que optaron por ellos.
Son todas formas de violencia, sometimiento y restricción a la libertad, aún cuando, en ocasiones muchos de nuestros compatriotas o ciudadanos de otras naciones, no llegan a percibirlo de ese modo o haciéndolo no les importa.
La libertad, aún con las restricciones propias de todo derecho, es un concepto vinculado al más perfecto funcionamiento de las instituciones republicanas que podamos lograr, eso garantiza el ejercicio en sociedad del mayor grado de esta potestad que sea posible.
Aún cuando haya sido reiteradamente violada y olvidada por muchos, la Constitución de la Nación Argentina, establece un extenso listado de Derechos y Garantías que son o debieran ser la expresión de la libertad en una sociedad moderna y republicana, el derecho igualitario de acceso a una vivienda propia, a una alimentación adecuada y saludable, a servicios de salud, de educación, de administración de justicia, de trabajos dignos y bien remunerados, de huelga tutelados por organizaciones sindicales democráticas, de protección a los ancianos y su jubilación, de libertad de desplazamiento, de seguridad física y de bienes, de culto y protección a minorías y tantos otros que, instituidos o no por el texto constitucional, hacen a una armoniosa manera de convivencia social.
El pueblo es el mandante y los elegidos son los mandatarios, es a éstos a quienes corresponde, en representación de quienes los ungieron, garantizar estos derechos y por esa vía el ejercicio de la libertad de todos los ciudadanos y hombres de bien que habitan y laboran en nuestro suelo, si no lo hicieran y Dios y la Patria no se los demanda, sería muy saludable que fuésemos nosotros quienes lo hiciéramos.

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