"No hay que regalar las palabras nobles a los canallas" Osvaldo Soriano

"No hay que regalar las palabras nobles a los canallas"  Osvaldo Soriano
VIERNES - 7 pm - www.fmurquiza.com - FM 91.7

CIELO Y TIERRA en la Blogosfera

Hemos creado este blog, a partir de nuestro programa de radio "Cielo y Tierra", para intercambiar reflexiones, experiencias y propuestas.

Nuestra esperanza es que este encuentro favorezca la construcción conjunta de una comunidad sostenida por la solidaridad, el respeto mutuo, la promoción de los derechos humanos y la mejora en el sistema político en favor de una democracia plena.
Intentamos por Cielo y Tierra:

* Despertar la solidaridad, la reflexión, la toma de conciencia y el respeto mutuo, como ejes de una convivencia social en armonía, equidad y justicia.
* Fortalecer el juicio crítico y la conciencia social
* Difundir el pensamiento mariteniano aplicado a diferentes perspectivas que componen la sociedad, (cultura, política, economía, salud, ciencia y tecnología, diálogo ecuménico e inter-religioso)

Hagamos del encuentro una oportunidad para conocernos, enriquecernos y hacer posible una sociedad mejor para todos.
Te esperamos todos los viernes a las 7 de la tarde en www.fmurquiza.com FM 91.7 para compartir una charla entre amigos, acompañada de muy buena música étnica y literatura en nuestro idioma.

Claudia Santalla y Giselle Zarlenga

jueves, 25 de enero de 2007

Acceso a los Medicamentos - Un Bien Social (IV)

Por Claudia Santalla
La educación del consumidor

“Estamos dentro de una campana, la famosa campana de Gauss, en la que nos observan, nos parcelan y agrupan, nos individualizan en la multitud para ofrecernos lo que estamos buscando sin saberlo. Pero...¿somos consumidores o consumistas? ¿decidimos o deciden por nosotros?..... Todo el mundo..... cae a diario entre los hilos del mundo del consumo, que tejen a nuestro alrededor, redes inevitables, sofisticadas, demoledoras, hasta formar una telaraña tupida, ¿peligrosa?, seductora, ¿necesaria?... cargada de valores contradictorios”
(Álvarez Martín, N. – 2004 – La magia de educar al consumidor)

Es cada vez más evidente para toda la humanidad, que el consumo influye en nuestra forma de ser, de vivir, de relacionarnos, formando parte destacada de nuestra escala de valores y de nuestra ética personal. Buscar razones detrás de los datos es útil para analizar el problema, pero no alcanza para solucionarlo, pues siendo todos “sujetos de consumo”, estamos atravesados por sus efectos (y en tanto humanos, siempre queremos algo más, lo que fortalece la “trampa”).
Las pautas de consumo indican el equilibrio existente en la vida de la población de un lugar determinado, en relación a sus expectativas materiales y no materiales de la sociedad, las demandas tácitas y la psicosociología de las relaciones.
Como se expresa en el apartado anterior, el consumo es un lugar donde se hace muy difícil pensar, porque en general las personas se entregan sin resistencia, dejándose manejar por “las fuerzas del mercado”, que no ofrecen información multidireccional y confiable acerca de la calidad de los productos que ofertan, y cuando proveen información, difícilmente puede ser controlada de manera efectiva por los consumidores, quienes en general son presa de la seducción de las técnicas de márketing y publicidad.
Existe una realidad social y económica diseñada por el mercado y sus patrones de consumo, que es imprescindible modificar, a través de despertar en la población un análisis crítico y reflexivo y una toma de decisión acorde y adecuada en cada acto de consumo.
La educación al consumidor implica un aprendizaje sobre la responsabilidad, que contribuye a que el individuo sea capaz de adminis­trar su propia vida, a través de una estrategia para resolver problemas relacionados con el consumo, y aportar a la gestión de la vida colectiva de la sociedad global, desde el objetivo de un desarrollo humano sostenible.
El Informe del Desarrollo Humano, PNUD (1998) establece que el consumo deberá modificarse a corto plazo para alcanzar las siguientes características:
* Ser Compartido
Garantizar las necesidades básicas de todos
* Ser Fortalecedor
Aumentar la capacidad humana
* Ser Socialmente responsable
Para que el consumo de algunos no ponga en peligro el bienestar de otros
* Ser Sostenible
Para no comprometer las opciones de las futuras generaciones ni dañar el entorno ambiental

Los sectores pobres de la población no sólo tienen restricciones primarias de crecimiento económico y de ingreso – más de 1.300 millones de personas viven con menos de 1 dólar diario – que limitan la satisfacción de las necesidades básicas, sino que su acceso a los servicios públicos, a la educación, al transporte público, a la infraestructura vial, al saneamiento ambiental – en especial al agua potable y a las cloacas - , en síntesis a “la salud”, es muy restringido o insuficiente.
Por eso, para el PNUD la potenciación de la acción colectiva de las personas pondrá en mejores condiciones a la población para combatir la pobreza. Esta potenciación colectiva tiene su herramienta fundamental en la educación del consumidor, debido a que su orientación hacia la comprensión y defensa de los derechos del consumidor, implica el ejercicio de la ciudadanía – apropiación del propio derecho a ser escuchado, a informarse, a elegir, a la salud, etc. - y la dotación de herramientas para la transformación de su entorno económico y social.
Por esto, la educación al consumidor es una parte del proceso para definir la calidad de vida en una sociedad.
A través de ella, se puede lograr incentivar en las personas la capacidad investigadora de la realidad, para analizar los signos y los símbolos del mundo del consumo interpretando sus códigos y comprendiendo que cada acto de consumo genera consecuencias importantes que se deben conocer.
Esto significa “reflexionar antes de actuar”, pero para lograrlo es necesario que la persona haya accedido al universo simbólico, es decir, que haya desarrollado la capacidad de representarse la realidad, el pasado, el presente y el futuro, como construcción psíquica e intelectual.
Sin embargo, es sabido que la desnutrición sumada a una realidad hostil y a la falta de estímulos, no sólo retrasa la adquisición del lenguaje y genera un lenguaje empobrecido, sino que esto es producto de un acceso insuficiente o fallido al pensamiento simbólico.
Por eso, la tarea es profunda y ardua, pero los resultados y los logros también están estimulados en las personas por la misma necesidad y la fuerza de procurarse un presente mejor. En muchos casos se requiere enfrentar exitosamente el abatimiento de años de desidia, depresión, olvido, que hacen mella más allá del cuerpo, en la mente y el alma de las personas.
La educación del consumidor es una parte importante de la educación en valores y por lo tanto, una clara expresión de solidaridad global.
La relación “pobreza/justa distribución de los recursos mun­diales” es una temática central en la Educación del Consumidor. Un desarrollo sostenible basado en un consumo ético y responsable es su objetivo[1] y [2].
La capacitación no formal ha promovido en muchas experiencias, la organización de la ciudadanía para reclamar sus derechos ante quienes atenten en su contra, sean empresas o el Estado mismo. Esto tiene como contrapartida, en un estado democrático, la necesidad del gobierno de crear espacios e instituciones de protección al consumidor.
Dado que este tipo de educación es una enseñanza basada en los derechos, inevitablemente lleva a tratar sobre las responsabilidades de cada uno y sobre el respeto a la diversidad; por eso permite la organización de la sociedad de forma responsable para enfrentar los retos en las democracias débiles.
La Educación del Consumidor debe proveer de respuestas prácticas a situaciones concretas incluyendo:
vtécnicas de comunicación
vtécnicas sobre toma de decisiones
vtécnicas para la solución de problemas
vgestión para la creatividad y el cambio

Con el objetivo de convertirse en una afirmación comunitaria de los derechos ciudadanos, estas técnicas pueden enseñarse a propósito de los temas siguientes:
1. Calidad de vida y estilos de vida
2. Defensa del consumidor; pasado y presente
3. Economía personal
4. Derechos y obligaciones del consu­midor
5. Publicidad y persuasión
6. Consumo y medioambiente
7. Dieta y nutrición
8. Seguridad
9. Toma de conciencia internacional
10. Perspectivas futuras

Educar al ciudadano consumidor requiere investigar su realidad y el contexto para comprenderla y modificarla a su favor, para aportar impactos positivos en su intelecto y en su emotividad, capaces de hacer que su mente reproduzca el recuerdo necesario en el momento oportuno, que lo ayude a tomar decisiones acertadas al consumir y respetuosas con el entorno medioambiental. Este mecanismo es utilizado en la corriente pedagógica del aprendizaje significativo, pero también es manipulado en la raíz del montaje mediático de la sociedad de consumo.
En la temática que nos ocupa en el presente trabajo, este tipo de educación favorece profundamente las condiciones de promoción de la salud, conductas de autocuidado, responsabilidad en el consumo de medicamentos, etc.
Una vez conseguidos estos objetivos puede empezar a considerarse la temática de la automedicación responsable. Será necesario primero demoler los efectos de años de publicidad engañosa en el mercado de los medicamentos e impulsar profundamente una reforma educativa basada en principios como los de la pedagogía crítica, que además incluya a la educación al consumidor como principio ineludible, (por formar parte de la educación en valores).
Además se requiere emprender campañas de educación al consumidor para toda la población, seleccionando estratégicamente los principales grupos con los cuales comenzar el trabajo de educación no formal, para alcanzar el objetivo focal de la educación, que es proteger a las personas moderando la ansiedad generada a partir del desconocimiento y/o desinformación frente a determinada situación, facilitando el acceso a conductas mejor adaptadas y a la toma de una posición crítica de cara a las mismas.

[1] “Los requisitos par la salud comprenden: la paz, la vivienda, la educación, la seguridad social, la alimentación, el ingreso, el empoderamiento de la mujer, un ecosistema estable, el uso sostenible de los recursos, la justicia social, el respeto de los derechos humanos y la equidad, sobre todo la pobreza es la mayor amenaza para la salud” - Declaración sobre la promoción de la salud – Jakarta 1997
[2] La Comisión Mundial sobre Medio­ ambiente y Desarrollo, el denominado informe Brundtland, "Nuestro Futuro Común" acuñó, en 1987, el término, "desarrollo sostenible"; como "desarrollo que cubre las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para alcanzar sus propias necesidades. Contiene dos concep­tos esenciales:- el concepto de "necesidades'; en concreto las necesidades básicas de los pobres, a los que se les debe dar prioridad esencial; y "- la idea de las limitaciones impuestas por la organización social y tecnológica sobre la capacidad del medioambiente para alcanzar las necesidades presentes y futuras" (p.43)

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